Ginés Marín-Roca Rey, el duelo que todas las plazas merecen ver. Éxtasis en Badajoz.
38 grados marcaba el mercurio cuando a las 20:03 rompía el paseillo en el coso pacense. Tres cuartos de plaza en el día grande de una feria que, si bien ha sido demasiado corta, ha conseguido reunir a gran parte de los mejores toreros del escalafón. Salía el primero de la tarde, el peor de una grandísima corrida de Núñez del Cuvillo. Pudo hacerle Morante de la Puebla una verónica y una media. Casi nada en la muleta, tercio al que el toro llegó parado. Abrevió el maestro sevillano. Cuestión distinta fue el cuarto, al que Morante expremió a pesar del peligro que traía el animal. Torería añeja y clásica que bien merecían la música (el diestro de La Puebla tuvo que pedirla) y una oreja que no paseó tras dos feas volteretas, en la primera se hacía presagiar algo peor por el largo rato que estuvo tendido en el suelo, de la segunda se levantó casi al instante. Pasó directo a la enfermería y, de allí, al hospital. Volvía el huracán Roca Rey a Badajoz seis años después como m...